jueves, 17 de marzo de 2016

El hombre del saco

JAIME GARCÍA - ABC
Albert Rivera y Pedro Sánchez deberían airear, sin más dilación, lo que saben de Rajoy. Porque algo deben de saber. De otro modo no se explica que veten al presidente en funciones con la saña con que lo están haciendo ni que difundan la especie de que Rajoy es una cosa y el PP otra. Muy grave ha de ser, en fin, eso que callan, para insistir como insisten en el requisito de que Rajoy dé paso a cualquier otro dirigente (suponemos que popular), en la certeza de que con ese otro sí habrá mimbres para trenzar un pacto de gobierno, sin que esté claro si lo que pretenden C's y PSOE es eso, un pacto de gobierno, o reformar el PP.
El paralelismo con Cataluña se antoja cada vez más evidente, si tenemos en cuenta que en dicha comunidad la CUP logró defenestrar a Mas cuando apenas faltaban pocas horas para la convocatoria de elecciones. Sin duda, a los estrategas de C's no se les escapa que también Mas pasaba por tener el partido bajo control, y que fue precisamente su guardia pretoriana quien, ante la posibilidad de que la repetición de los comicios siguiera erosionando a Convergència, le aconsejó que diera el ya célebre "paso a un lado". Así las cosas, si Mas terminó en la cuneta, ¿por qué no esperar que suceda lo mismo con Rajoy? Este, grosso modo, es el cálculo de los dirigentes de C's, quienes, a lo que parece, están al mando de las maniobras tácticas en su entente con el PSOE.
Dicho lo cual, aún es hora de que sepamos por qué, a ojos de la CUP, Mas era tan problemático. Máxime si recordamos que la formación ultraizquierdista quedó, de resultas de la negociación, hecha jirones, pues al relevo de los diputados De Jòdar y Busqueta se unieron la imposibilidad de disentir de Junts pel Sí y la cesión en prenda de otros dos diputados. Entre los argumentos, por cierto, que la CUP puso sobre la mesa para descabalgar a Mas hubo uno que se repitió con especial teatralidad: "Si Mas cree que un hombre es más importante que Cataluña...". Eso mismo exactamente ha venido a decir hoy Rivera: "Si el PP piensa que hay un hombre más importante que el país, está desaprovechando una oportunidad". No es el único fraseo que guarde cierto parangón. También C's y PSOE dicen de Rajoy que el hecho de ser el hombre de los recortes añade a su figura un aura indeseable, sin que ese simbolismo se haya traducido, por el momento, en algo más que un mohín de desprecio.


Libertad Digital, 8 de marzo de 2016

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