Inspirado por un tuit del filósofo Xavier Fina, traté de reconstruir el sinuoso currículum de Joan Josep Nuet.
Nuet es coordinador general de Esquerra Unida i Alternativa, formación
que opera en Cataluña como referente de Izquierda Unida, integrada en la
coalición electoral Catalunya en Comú-Podem (donde también confluyen,
además de Catalunya en Comú y Podem, Iniciativa per Catalunya Verds,
Barcelona en Comú y Equo Catalunya). Además, es secretario general del
partido Comunistes de Catalunya, heredero del Partit dels Comunistes de
Catalunya (en la jerga de la izquierda militante, ‘rusos’, por sus tesis
prosoviéticas, en oposición al eurocomunismo), escindido del PSUC en
1982, y que pertenece a EUiA, perteneciente, a su vez, a CC-Podem.
Desde octubre pasado lidera, junto a la también diputada autonómica Elisenda Alamany, la plataforma Soberanistes, que, bajo el lema ‘Som comuns, som sobiranistes’, trata (trataba) de agrupar a los comunes (CC-Podem
y satélites) de orientación soberanista. Hace tres semanas, Alamany y
Nuet anunciaron que Soberanistes se constituía en partido político bajo
la denominación de Nova, y de resultas,
Alamany abandonó el grupo parlamentario CC-Podem. No así Nuet, quien,
hasta ayer mismo, en que Catalunya en Comú le notificó la suspensión
de militancia y le reclamó el escaño, había simultaneado todas sus
responsabilidades con la dirigencia de Nova.
La gota que colmó el vaso fue la inclusión de Nuet en las
listas de ERC al Congreso como número 4, desempeño que, muy
probablemente, nuestro hombre pretendía compatibilizar con el resto de
filiaciones. Recordemos: Comunistes, EUiA, Catalunya En Comú-Podem,
Soberanistes... y Nova.
Estamos ante un peculiarísimo
espécimen de la política, pues más que cambiar de chaqueta, las
acumula. Se le ha comparado con Mascarell,
aunque lo cierto es que a su lado, el ex PSC es un aprendiz,
precisamente por esa misma partícula, ‘ex’, a la que Nuet lleva más de
treinta años resistiéndose. Ni siquiera Ernest Maragall, hoy en ERC, y que se arrastra por la plaza de San Jaime desde los tiempos de Porcioles,
presenta una hoja de servicios tan pluripotente. El único cargo al que
la edad y el decoro le obligaron a renunciar fue el de secretario
general de las juventudes del PCC, las CJC. Los demás, ya digo, los
lleva consigo, cual si encarnara la historia reciente de la política
catalana (desde Pere Ardiaca hasta nuestros días). Tan sólo por ello, por su condición de criatura geológica, merece la pena su cuidado.
Voz Pópuli, 17 de marzo de 2019
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