jueves, 21 de agosto de 2014

Aquí están, éstos son


El criterio del presidente francés, Françoise Hollande, respecto al independentismo difiere según el pueblo que enarbole la consigna. Así, mientras que a los catalanes les niega el pan y la sal, a los kurdos les proporciona armamento. ¡Qué incoherencia! Grosso modo, ésta es la idea que hoy expone en su editorial Vicent Partal, el director de Vilaweb, decano de la prensa digital subvencionada. Como cualquier lector juicioso habrá advertido, Partal sitúa en el mismo plano a los catalanes y a un colectivo al que el llamado IS pretende exterminar. A principios de los noventa, cuando se consumó el desmoronamiento del bloque comunista, Jordi Pujol declaró que Cataluña era como Lituania, pero España no era como la URSS. A diferencia del ex president, nuestro analista incurre en la indelicadeza de omitir que el Estado Español y el Estado Islámico no son, parafraseando a aquel González, la misma mierda. Lo cierto, no obstante, es que nunca sabremos si lo ha hecho porque considera que el Estado Islámico es moralmente superior al Estado Español. Incluso es probable que, por prurito de sutileza, haya estimado conveniente que sea el lector quien llegue a la conclusión de que, en-el-fondo, España está descabezando a los catalanes. Es fama que en la guerra cualquier agujero es trinchera.

Al cabo, nada habría de extrañarnos de un individuo que escribió que "el PSC bascula hacia el fascismo", que el novelista Eduardo Mendoza no merecía el Premi Nacional de Cultura por escribir en castellano o que, a propósito de la agresión nazi a un ciudadano mongol en el metro de Barcelona, subrayó el hecho "importante en términos políticos" de que uno de los agresores se había fotografiado con Albert Rivera, lo que venía a demostrar que en Cataluña "es muy difícil ser españolista sin caer en la órbita del nazismo". No, al hedor se acostumbra uno. Lo que sobrecoge es que esa pulsión xenófoba, ese racismo de baja intensidad, ese talibanismo de barretina, tengamos que sufragarlo todos los españoles.

No en vano, pese a que estos y otros artículos pudieran dar a entender lo contrario, no estamos ante una web marginal, que actualizan cuatro degenerados en un entresuelo graciense. Vilaweb, que echó a andar en 1996, es una de las cabeceras de referencia en lengua catalana. Y su principal vía de ingresos, repito, son las subvenciones de la Generalitat. En 2013 recibió 99.344,32 euros; en 2012, 71.000 euros; en 2011, 83.696 euros; en 2010, 213.211,24 euros... En 2009, el Departamento de Presidencia de la Generalitat encargó al diario el "mantenimiento de un directorio de recursos disponibles en internet", lo que le reportó 145.000 euros. Menos, en cualquier caso, que lo que obtuvo en 2008 (374.920 euros) o en 2007 (276.198 euros).

Hechas las cuentas, en tan sólo siete años, y coincidiendo con la más brutal de las crisis que ha sufrido Occidente desde el crack del 29, Partal le ha levantado al Estado más de 1.200.000 euros. Obviamente, no estamos hablando de una ayuda a la prensa en tiempos de zozobra. Entre otras razones, porque un tipo que cobra en vena 145.000 del mismísimo Departamento de Presidencia está incapacitado para tan siquiera insinuar que se dedica al periodismo. Ahora imaginen todo un ecosistema comunicativo regido por ese modelo y sabrán de qué hablamos cuando hablamos de nación y quiénes son los que la aguantan.


Libertad Digital, 14 de agosto de 2014

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