El blog Diarios, del periodista Arcadi Espada, fue pionero en España entre los dedicados al comentario de actualidad y la anotación diarística. Casi me atrevería a decir que fue pionero a secas, pues el año en que su autor lo puso en marcha, 2004, la bloguería española ni siquiera tenía conciencia de comunidad.
El antecedente de Diarios se halla en el ensayo homónimo del mismo autor, un dietario escrito durante 2001 que tenía como principal y casi único desvelo la lectura crítica de los periódicos, con la espinosa particularidad de que el crítico también se dedicaba a escribirlos. Diarios sentó las bases de lo que desde entonces ha sido la piedra angular de la obra de Espada: la (auto)crítica de la razón periodística. O lo que es lo mismo, el examen del oficio desde el oficio.
La obra, premiada con el Espasa en 2002, suscita tantos elogios como invectivas, éstas provenientes sobre todo de colegas que, al ver cómo alguno de sus artículos merece las objeciones del autor, lo tildan de arrogante, entrometido, etc. Consciente de que ha inventado un género (o de que se ha atrevido a inaugurarlo, pues la crítica periodística, como el Everest, estaba ahí) Espada se plantea proseguir con la labor en la red. Así, el 1 de enero de 2004 nace el blog Diarios, cuyo impacto en el ecosistema mediático es extraordinario. No en vano, a la audacia y agudeza de los textos, se une el hecho de que éstos ven la luz de forma inmediata, al compás de la actualidad.
Espada cuelga su post no más tarde de las 11 de la mañana, y raro es el día en que se retrasa. De este modo, el lector que accede al blog a partir de esa hora jamás ve defraudadas sus expectativas (como las habría visto defraudadas, por ejemplo, cualquier lector de periódicos que acudiera al quiosco y no encontrara el suyo; internet, en efecto, no difiere en absoluto del mundo, digamos, analógico).
Con todo, el factor que catapulta el blog hacia el éxito es el Nickjournal, una sección de comentarios que propicia que, en lo que Espada denomina la 'bodega' o 'galeras', y a los pocos minutos de que haya aparecido el texto, varias decenas de personas opinen sobre el mismo. Esa relación de instantaneidad entre el autor y sus críticos, tan común en nuestros días, había sido hasta entonces la fantasía erótica de todo escritor. Tal como apunta el propio Espada, "¡una situación soñada! O sea, una pesadilla".
Pero el Nickjournal es algo más que un conjunto de comentarios o postillas al discurso de Espada. Sus contribuyentes, ya sea embozados en un alias o nick o con su nombre y apellidos reales, dan vida en el subsuelo a una proteica conversación sobre política, cine, literatura, periodismo, si bien el tema predilecto de todos ellos son las inquinas, intrigas y amoríos que propicia el roce cotidiano, esto es, el propio Nickjournal. Espada describirá el fenómeno con estas palabras: "Lo mejor del blog, sin duda ninguna, ha sido la creación de una comunidad rojonacional. Donde, como no podía ser de otro modo, hay cafres y enfermos (a los que cuidamos: mereceríamos apoyo por nuestra labor humanitaria), y gente de la que aprendo, sin excepción, cada día".
Consciente de que algunas de las reflexiones del Nickjournal rayan en la exquisitez, Espada rescata al final del día algunas de ellas para airearlas en la página principal, en pie de igualdad con sus textos. Los comentaristas dan en llamar al reconocimiento 'pasar el día en cubierta', en alusión al hábitat original, 'galeras', y así, con la pértiga clavada en esa jerga, suelen felicitar al agraciado: '¡Feliz día en cubierta!'. Como una charca en la que germinara la vida, Diarios estaba engendrando su propio lenguaje.
Paz Vega López
La metaliteratura en el Nickjournal alcanzaría su cénit con la irrupción entre los comentaristas de Paz Vega López, que se presenta como "una joven madrileña de 18 años, estudiante de primer curso de filología que ansía convertirse en escritora". En sus primeras intervenciones, se ciñe al 'menú del día', es decir, a juzgar el texto de Espada, bien es cierto que con sin par candidez. Andando el tiempo, no obstante, empieza a explayarse acerca de su escarceos sexuales, la animadversión que siente por su padre, sus amores frustrados. Todo ello, salpicado con apuntes de sus tentativas como novelista, en lo que, tal como ella misma presume, no son sino los comienzos de una férfil y exitosa carrera literaria.
Pocos sospechábamos que el personaje de Paz era una construcción literaria del escritor Antonio Gálvez, que incluso había arropado a su criatura con una página web para divulgar su primer manuscrito, Loko y brillante, un texto frenético y descoyuntado, infestado de mamadas al profesor y desplantes a la ortografía; una fina parodia, en suma, de las jóvenes que pretendían emular a Lucía Etxebarría.
En el apogeo de su comedia bufa, Gálvez llega a enviar el manuscrito de Paz a editoriales como Anagrama, Poliedro, Anaya, o la revista Lateral. Y Paz, por supuesto, no tiene el menor empacho en airear las respuestas de los editores en el blog de Espada: los noes diplomáticos de Horacio Vázquez-Rial, Paula Canal, Mihály Dés...
Un año y medio después, el propio Gálvez se quitaría la máscara en su propio blog. El artificio había mantenido engañados a decenas de escritores, periodistas, profesores, pues tal era el perfil de los usuarios del blog de Espada. Algunos de ellos aun cayeron en la humanísima tentación del flirteo a lo pigmalión. Gálvez (profesor de bachillerato en Cornellá) recogió su peripecia en un libro, Caliente, donde relataba los pormenores de su genial impostura, incluyendo una jugosa correspondencia privada que dejó en evidencia a más de un insigne contribuyente del blog de Espada.
La escritura de la intimidad
Uno de los temas en que Espada pretendió ahondar, con resultados dispares, fue la escritura de la intimidad, asunto capital en la literatura. Con estas palabras describía su 'fracaso' ante Justo Serna, asiduo del blog: "Tengo un problema con el blog. Específico. La intimidad. En el primer volumen de Diarios había retazos, como usted dice. Ahora me cuesta mucho más. Incluso los retazos. No encuentro la voz apropiada. Y si no la encuentro es que, quizá, no debo encontrarla. La intimidad, el léxico de la intimidad es el principal problema literario, dijo Pla. Estoy bastante de acuerdo. En los blogs hay muchos ejemplos de esa intimidad expuesta. Y muy pocos bien resueltos. Supongo que la escritura en directo, esta escritura que se produce y se ve debe de estar en la raíz del problema. Voy a seguir intentándolo. Quisiera alcanzar una exhibición violenta y educada de lo íntimo. Verdadera y transitiva".
El más justo comentario respecto a lo que supuso, para toda una generación de escritores, el blog de Espada, corresponde a Roger Corcho, que al ser preguntado por Cristian Campos por el libro que le marcó, respondió: "No fue un libro".
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