¿España roba a los catalanes más de lo que roba al resto de los españoles? ¿Debe tener límites la solidaridad
de los catalanes con el resto de los españoles?
Cuando me dicen de un Estado que roba a sus ciudadanos o a una parte de sus ciudadanos, se me apareceel sheriff de Nottingham rapiñando
monedas de oro entre conejillos desvalidos. (Puestos a simplificar, creo más bien que son los españoles —con sus catalanes— quienes roban a España —con su Cataluña—.)
¿Es viable social, política, cultural y económicamente una Cataluña independiente?
Por supuesto, no hay más que ver el caso de Portugal.
¿Es viable social, política, cultural y económicamente una España sin Cataluña?
Sí, no habría más que ver el caso de Cataluña.
¿A usted le importaría que el idioma catalán desapareciera? ¿Por qué?
En absoluto. En primer lugar, porque las lenguas no desaparecen como por ensalmo; aún no se ha dado el caso de nadie que, al despertar, no haya tenido modo de designar la realidad porque su lengua haya desaparecido durante la noche. Y, en todo caso, con la extinción de los hablantes de una lengua no se extingue el mundo que dejan de habitar. Yo entiendo que el nacionalismo, en su afán de adaptarse a los nuevos tiempos, pretenda conferir a sus querellas, que son estrictamente medievales, el rango de una crisis ecológica, pero el supremacismo, considerado seriamente, no tiene nada de moderno. Sin embargo, y ahora voy a contradecirme, el catalán sí entraña una visión del mundo. Es decir, el nacionalismo catalán, en su roturación del paisaje, ha ido cosiendo tantos valores a lo que solo es un vehículo para comunicarse que hoy en día es inevitable sospechar que quien te habla catalán es, además, independentista, antipepero, del Barça... El catalán, hoy en día, es casi un corte de personalidad.
¿Y si el que desapareciera fuera el idioma español?
Bueno, pero algo habría que hablar, ¿no?
¿Y por qué no debería permitirse que los catalanes se independizaran si así lo desean mayoritariamente?
Por la misma razón por la que en Barcelona se acabó imponiendo el Plan Cerdá. Por nuestro bien.
¿A usted le gusta España? Suponiendo que se le permitiera vivir con su mismo nivel de vida actual en cualquier país del mundo, ¿escogería España?
Si quiere que le diga la verdad, no creo que mi vida hubiera sido muy diferente en Estados Unidos, por señalar una meca del progreso. No tengo la impresión, en fin, de que España haya supuesto un freno para mi realización personal, profesional, sexual... O lo que es lo mismo: sospecho que en Estados Unidos también habría fracasado por todo lo alto.
¿Por qué debería creerme que en una Cataluña independiente se respetarían los derechos de los españoles si en la Cataluña dependiente se ha multado a comerciantes por rotular su negocio en español?
Tengo un amigo, una buena persona, que cree que la independencia serviría, cuando menos, para acabar con las manifestaciones de la Diada, los aquelarres antiespañoles, los coros y danzas barcelonistas... Dado que Cataluña ya sería independiente, no habría lugar a todo ese folclore. Se trata, ya digo, de una buena persona.
¿Es España algo más que un ente administrativo puramente instrumental? ¿Qué, en concreto? ¿Lo es Cataluña?
Lo que es España lo dijo Arcadi Espada en un mitin por Ciutadans y no seré yo quien lo enmiende: una trama de afectos. Cataluña también debería serlo, pero lo es cada vez menos; sobre todo, por la
tensión campo-ciudad.
Los catalanes quieren emigrar de España pero sin moverse del sitio y sin soportar ninguna de las incomodidades asociadas a una ruptura traumática con su país actual. Rebátalo.
¿Los catalanes?
¿En qué cambiaría su vida si Cataluña se independizara? ¿Adoptaría algún tipo de decisión personal (por ejemplo mudarse o boicotear los productos catalanes o españoles)?
Mis dos hijas viven en Barcelona, así que a no ser que empiecen a pasar a cuchillo a gentuza como yo, seguiré en San Antonio, mi barrio. El boicot hace ya tiempo que lo practico: por ejemplo, evitando pisar el barrio de Gracia, o poblachones tipo Berga, Ripoll o Villanueva y La Geltrú.
¿Qué diferencia hay entre un nacionalista y un patriota?
La sangre. El patriota suele ponerla.
Los que por inmovilismo se opusieron en su momento a la Constitución se han convertido ahora en sus principales defensores, también por inmovilismo. Rebátalo.
Si la defensa de la Constitución es inmovilismo, pues viva el inmovilismo, qué le vamos a hacer. De todos modos, es aberrante que el constitucionalismo se identifique con lo reaccionario, y la voluntad de levantar una frontera, con lo moderno, lo guay, lo progresista. Lo que demuestra que los nacionalistas han ganado la batalla del lenguaje.
¿Qué argumento contrario a su punto de vista sobre la independencia se ve incapaz de
refutar racionalmente?
«El victimismo ha cambiado de bando.»
En el hipotético caso de que el Gobierno de la Generalitat declarara la independencia, ¿cómo cree que debería responder el Gobierno central? Sea concreto.
Con la detención de quienes la declaren y la suspensión sine die de la autonomía catalana.
¿En qué se diferencia un español de un catalán?
Le daré los ochos rasgos diferenciales que suele invocar el dramaturgo Albert Boadella: 1) El catalán (que es un dialecto del castellano o viceversa). 2) La afición desmedida por los rovellons. 3) El pubill y la pubilla. 4) La mona de Pascua. 5) La inclinación a robar en el huerto del vecino. 6) El día de San Esteban. 7) La botifarra amb mongetes. 8) La rosa de Sant Jordi.
¿Pueden los catalanes tomar de forma autónoma una decisión que afecte de forma sensible al resto de los españoles? ¿Por qué?
No. Porque sería antidemocrático.
¿La de 1714 fue una guerra de sucesión o de secesión? ¿Y por qué debería importarnos en 2015?
De sucesión. Que importe no debiera ser un problema, al contrario. El problema es pretender vivir como se vivía antes de 1714.
¿Son los problemas de los catalanes diferentes a los del resto de los españoles? ¿Solucionaría la independencia alguno de esos problemas?
No. Hasta hace poco, se decía (es verdad que cada vez con la boca más pequeña), que en Cataluña no había «tanta» corrupción como, por ejemplo, en Andalucía. Hasta hace poco, ya digo. Con la independencia, obviamente, el problema de la corrupción se acabaría de cuajo. No solo dejaría de existir sino que nunca habría existido, y si quedara algún indicio por borrar, se achacaría a la legítima elusión de responsabilidades para con el Estado español.
Toreo de Salón 01
No hay comentarios:
Publicar un comentario