jueves, 2 de octubre de 2014
El reencarnado y sus sacerdotisas
El 9 de enero de 1995, en una entrevista retransmitida por TVE, Iñaki Gabilondo recibió a porta gayola Felipe González: "¿Ha organizado usted el GAL?". Tres días después, Arcadi Espada respondió en El País al periodista donostiarra: "Esa pregunta sólo tiene una respuesta posible y las preguntas de ese tipo no son, en puridad, preguntas. Cuando Iñaki Gabilondo preguntó eso a Felipe González, todo el mundo supo enseguida que aquello no era estrictamente una entrevista. Que aquello ni siquiera tenía que ver con la política. Que aquello, en fin, era un psicodrama". El sábado, en TV3, Mònica Terribas trató de remedar a aquel Gabilondo preguntando a Artur Mas si 'estaba limpio de corrupción' ('estar limpio de corrupción' por 'ser un corrupto', como si la corrupción, ay, fuera un virus en lugar de un delito). También el interrogante de Terribas tenía poco de formulación periodística y mucho de centro templado: tampoco en su afectación cabía esperar otra respuesta que no fuese una airada negativa del entrevistado. Sin embargo, e incomprensiblemente (¿acaso el afán de poner tierra por medio con Pujol Enfurecido?), Mas envió el balón a las nubes:
- ¿Limpio de corrupción? Yo creo que sí... Siempre me he comportado de una manera que creo que ha sido correcta... ¿Puedo haber tenido algún fallo alguna vez, como todo el mundo? Pues puede ser, no lo sé, pero...
Siendo insólita la respuesta, más lo fue la réplica de Terribas, quien, en vez de hurgar en el titubeo, intentó expiar su osadía:
- Usted sabe que yo todo esto se lo pregunto porque es una de las preocupaciones que tiene la gente.
La apreciación de Espada respecto a la entrevista de Gabilondo a González suscitó, a su vez, una última de Rafael Sánchez Ferlosio en la que éste, aun mostrándose de acuerdo con Espada en que la pregunta de Gabilondo era ficticia, justificaba el simulacro: "Si la pregunta explícita era, en efecto, una ficción, no lo era a mi entender el contenido implícito del mero acto de hacerla, que podría ser este: 'Diga delante de las cámaras si se cree usted por encima de que yo pueda hacerle aquí públicamente esta pregunta'; y, cualquiera que fuese la respuesta explícita, el mero acto de responder, como tal acto en sí mismo, implicaba a su vez por parte de González la aceptación de que no se consideraba por encima de una pregunta semejante".
Sea como sea, una y otra entrevista ejemplifican, con casi 20 años de diferencia, hasta qué punto Cataluña es una España pasada por el callejón del Gato.
Sea como sea, una y otra entrevista ejemplifican, con casi 20 años de diferencia, hasta qué punto Cataluña es una España pasada por el callejón del Gato. Mal que bien, la performance de Gabilondo cumplía un cometido el ansia plebeya de ver al presidente genuflexo; el esperpento de Terribas, ese 'porque usted con esto no tiene nada que ver, oi? No, yo se lo digo porque ya sabe cómo es la gente', evoca un mundo en el que, por decirlo con sus palabras, nada, empezando por los televidentes, está limpio de podredumbre.
La posibilidad de que un gobernante se haga grabar abriendo las aguas, en efecto, no sólo requiere la complicidad del pueblo, del gentío en formación de a V; también la de cada uno de los individuos que lo forman. De todos y cada uno de los hombres y mujeres que, en la burguesa placidez de sus hogares, han jaleado ese atropello continuado a la razón que es el órdago nacionalista. Y subrayo 'mujeres'; estamos ante un movimiento eminentemente femenino y no hay que un hurtar un solo gramo de mérito a las Terribas, Forcadell, Casals, Rahola, Forcades, Pagan y Rakosnik. Ardo ya en deseos, en fin, de que el TC prohíba el referéndum y la Sección Femenina conmine al Pueblo a sustraerse al sofá para protagonizar, en las plazas de todos los pueblos (las ciudades, a efectos morales, ya no son sino villorrios), la novísima primavera catalana. Ahí quiero veros, tahires, en Despeñaperros.
*Transcripción de las dos primeras preguntas de la entrevista de Iñaki Gabilondo a Felipe González:
—El GAL está en el centro de la actualidad, en el centro de la actualidad judicial, de la actualidad política, de la actualidad económica, en el centro de todo. Y mientras los procesos judiciales siguen su camino, creo que no se puede perder ni un minuto, señor presidente; es necesario tratar de despejar las incógnitas básicas de la credibilidad. Me va usted a permitir que le pregunte directamente: ¿organizó usted el GAL, señor González?
—Jamás se me hubiera ocurrido. Yo soy un demócrata de toda la vida, convencido de que sólo se pueden utilizar instrumentos democráticos para luchar contra el crimen.
—¿Autorizó usted la guerra sucia contra ETA?
—Nunca autoricé ni encubrí esa guerra sucia.
Zoom News, 29 de septiembre de 2014
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