jueves, 14 de noviembre de 2013

Miedo escénico

El diputado Fernández ha exhibido con inusitada crudeza lo que, desde hace unos años, es un rasgo cardinal de la política catalana: la ínfula literaria. No en vano, Rodrigo Rato no sólo hubo de soportar las grotescas invectivas del cupaire; también hubo de lidiar con su afectación escénica, deudora en alguna de sus aristas de los soliloquios de Pepe Rubianes, Ada Colau o Leo Bassi.

A semejanza de Carod-Rovira, quien creía sin ambages que la política había hurtado al periodismo a un articulista de fuste, Fernández no pierde ocasión de rezumar intelectualidad, ya sea evocando a Salvador Espriu en su blog o ilustrando un artículo en la edición catalana de El Mundo con una cita de Leonardo Sciascia. Tal es su arrobamiento ante la diosa Cultura, su ardor filológico, que no ve el momento de gritarle al mundo que él, antes que a diputado, aspiraba a émulo de Darío Fo, a situacionista a la manera de Vila-Matas, a Alfonso Sastre de la plaza Rovira.

No obstante, y visto lo visto en su performance del martes, tal vez estemos ante un discípulo del editor italiano Giangiacomo Feltrinelli. No, no lo digo por su labor en el semanario Directa, sino por la clase de preguntas que planteó (¡a sandalia quitada!) a Rato, y cuya eficacia propagandística se resume en que a punto he estado de escribir "el bueno de Rodrigo". Me refiero, sobre todo, a las preguntas "¿Sabe lo que es esto?" y "¿Usted tiene miedo?".

Porque "¿Sabe lo que es esto?", en el contexto en que fue formulada, esto es, tras haber desenvainado la alpargata, nada tiene que ver con la oratoria política; más bien guarda el eco de esas muletillas con que torturadores tipo Billy el Niño apretaban las clavijas al rojo de turno. Porque "¿Usted tiene miedo?" es un tipo de puntilla que sólo se permite quien, de nuevo, mantiene una relación con su interlocutor, ya convertido en guiñapo, de sometimiento físico. Porque "¿Usted tiene miedo?" pertenece a la semántica del violador, del serial killer, del secuestrador. Porque "¿Usted tiene miedo?", dicho así, con el retintín del que, en efecto, lo ejerce a quemarropa, es lo que probablemente le espetaron a Ortega Lara o le descerrajaron a Miguel Ángel Blanco.

 Esta mañana, en Els Matins de TV3 (ver artículo de Pablo Planas), Fernández ha declarado que, poco antes de su intervención, un escalofrío le recorrió el espinazo, y que decir lo que dijo le provocó cierta tensión. El prurito del virtuoso, claro, salvo por el detalle de que lo suyo no es teatro del absurdo, sino un psicodrama perfectamente real.



Libertad Digital, 13 de noviembre de 2013

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