Barcelona
acogió la semana pasada el congreso farmacéutico Infarma,
organizado conjuntamente por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de
Barcelona y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, en lo que
el presidente del colegio barcelonés, Jordi de Dalmases, definió
como "un ejemplo de lo que significa sumar". La frase, no
obstante, llevaba adherida una rémora: "... lo que significa
sumar", dijo De Dalmases, "más allá de otras concepciones
que se pueden tener en cuenta cuando se habla de las dos ciudades".
La clásica prevención, en fin, que de un tiempo a esta parte ha ido
viciando el lenguaje de las gentes, hasta supeditar los afectos entre
iguales a la gramática concesiva del "pues para ser madrileño
no eres mala persona". Lo que no imaginaba De Dalmases era que
ese "más allá", esas "otras concepciones"
acabarían enmarañadas con la defensa de sus intereses gremiales.
No en vano, el mismo día en que el presidente del COFB celebraba (la
mano en la cartera, hum) la colaboración con los farmacéuticos
madrileños, el consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña,
Boi Ruiz, declinaba toda responsabilidad ante el impago de más de
300 millones de euros a los farmacéuticos catalanes. También Ruiz
aludió en su ablución a dos ciudades: "No tenemos dinero y,
por mucho que todos vengan a llamar a la puerta de la Generalitat,
difícilmente podremos dar respuesta, por lo que debemos ir todos
juntos a llamar a la puerta de quien nos debe pagar". El
consejero respondía de este modo, con un enérgico manifiesto
soberanista, a la discreta protesta de los farmacéuticos, que, por
lo demás, lamentaron que Ruiz no hubiera acudido a la inauguración
del congreso, como estaba previsto, y en su lugar hubiera enviado a
una valida.
Este miércoles, los farmacéuticos catalanes han acordado, por un 97% de
los sufragios emitidos en las respectivas asambleas provinciales,
reclamar por vía judicial a la Generalitat de Cataluña los
intereses de demora. A la misa hora en que los farmacéuticos
votaban, el Parlamento de Cataluña resolvía por 135 votos (77%)
"iniciar un diálogo con el Gobierno del Estado para posibilitar
la celebración de una consulta a la ciudadanía catalana para
decidir sobre su futuro". Así lo escribo, como una noticia de
las que en la profesión suelen llamarse duras, pues la realidad en
Cataluña empieza a ser tan obscena que basta esparcir unos cuantos
hechos para que se haga la vergüenza.
Libertad Digital, 13 de marzo de 2013
Libertad Digital, 13 de marzo de 2013
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