El gimoteo melodramático de Chacón no ha de hacernos perder de vista lo que la impulsó a actuar de ese modo, esto es, 'los problemas de conciencia'. Por lo general, la objeción de conciencia se asocia a la quiebra moral que supone, por ejemplo, el uso de las armas, o algunas prácticas médicas. Uno objeta a imposiciones jurídicas como cumplir el servicio militar obligatorio, practicar abortos o forzar la alimentación a un paciente en huelga de hambre. Desde ayer, también España es susceptible de objeción, ya que en esa esfera, la de la renuencia privada (al cabo, un estremecimiento burgués), ha situado Chacón el debate sobre la organización del Estado. En consonancia, claro está, con la escuela de pensamiento que propició su estrellato, y cuyo principal doctor dejó dicho que "el concepto de nación española es discutido y discutible". Si fa no fa, tan discutible como el concepto de crisis.
Sea como sea, la objeción de Carmen de Olula no puede ser sino objeción sobrevenida; ya saben, la que se produce después de haber jugado con fuego.
Libertad Digital, 27 de febrero de 2013
Libertad Digital, 27 de febrero de 2013
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