J. SCOTT APPLEWHITE / AP PHOTO |
-Sería mejor que hubieran reservado mesa -le advierto a Courtney en el taxi.
-No fumes ese puro, Patrick -dice ella lentamente.
-¿No es ése el coche de Donald Trump? -pregunto, mirando la limusina que se ha parado junto a nuestro taxi.
-Dios santo, Patrick. Cállate -dice Courtney, con voz espesa y de drogada.
[...]
A ninguna de las chicas les resulta especialmente excitante la idea de ver a esa banda y todas me han confiado, por separado, que no les apetece ir, y en la limusina, camino de un sitio que se llamaba Meadowsland, Carruthers no deja de tratar de calmarnos a todos diciéndonos que Donald Trump es un gran fan de U2.
[...]
-¿Lo ha leído? -le pregunto a Kimball.
-No -dice suspirando, pero pregunta educadamente-. ¿Es interesante?
-Es muy interesante -digo, asintiendo.
La forma como American Psycho se proyecta sobre nuestros días es, más que obscena, abrasiva. Un psicópata inspirado por Trump es, qué duda cabe, el último grito en justicia poética.
The Objective, 28 de julio de 2016
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