(A Verónica Puertollano)
Convengo, con la literatura, en que de izquierdas son las causas y de derechas, las consecuencias; de izquierdas el ambiente y de derechas, el gen; de izquierdas la resaca y de derechas, la jaqueca; de izquierdas el destape y de derechas el estriptís. Tampoco tengo reparo en aceptar que el tiquitaca sea de izquierdas y la pegada, de derechas; o que el hambre sea de izquierdas y la gazuza, de derechas; o que el ser sea de izquierdas y el estar, de derechas; o que el orgullo sea de izquierdas y la honra, de derechas. Ahora bien, ignoraba que la cortesía fuera de derechas y la insolencia, de izquierdas.
Bien es cierto que la izquierda, en su viaje a ninguna parte, ha llegado a menospreciar valores como la disciplina, el mérito o el talento. Y que, en el mismo pack en que adocena la renuencia a la agresión y la deferencia a la respuesta, se halla el desdén por la realidad. Pero jamás, hasta hoy, la izquierda había reivindicado, en el modo como lo ha hecho la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, la mala educación.
Porque el problema, obviamente, no es que Carmena no sepa que el presidente de El Corte Inglés se llama Dimas Gimeno. El problema es que se ufane de ello. Del mismo modo que, en el caso del Ayuntamiento de Barcelona, el problema no fue que el equipo de gobierno resolviera retirar el busto de Juan Carlos I, sino que convocara a la prensa para convertir el trámite en la capitulación de Pichincha.
En cualquier caso, si la derecha se ha especializado, con resultados francamente admirables, en tender señuelos que desvíen la atención de lo sustancial, no parece que la izquierda le vaya a la zaga. No hay más que atender a las palabras con que Carmena envolvió el desprecio a Gimeno:
¡Qué hubiera sido de la historia del mundo si no hubiera habido comercio! No me quiero extender en calificaciones que todos conocemos y que quizás nos olviden hablar [sic] de lo que es verdaderamente importante. Pero sí me gusta recordar que en este momento yo creo que vivimos una gran sensación. Y que si los dioses grecorromanos que impulsaron en cierta medida esa especie de áreas de actividad tienen algún sentido, yo les diría que hoy en día estamos más cerca de Marte o de Mercurio que de Júpiter o de Zeus.
Y es que, con ser bochornoso el tuteo al presidente de El Corte Inglés, más lo es el tuteo a la ciudadanía.
(Coda: Manuela Carmena: "Al interventor... a la persona de El Corte Inglés, verdad, no me acuerdo [de] tu nombre"; Enrique Tierno Galván: "¡Rockeros! El que no esté colocao que se coloque y al loro").
Libertad Digital, 6 de octubre de 2015
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