Encerrona, reprimenda, regañina, desencuentro… La terminología que el periodismo ha utilizado para describir la escena del pasado viernes en el ala western se ajusta a la semántica convencional de la información política, cuando lo cierto es que el concepto que mejor define los hechos no pertenece a la esfera adulta. Se trató, en efecto, de un episodio de bullying; canónico, además: incluso hubo lugar en el encuadre para el hatajo reglamentario de secuaces que, en estos casos, acostumbra a jalear la hazaña del repetidor (literalmente, aquí, «repetidor»). Y para abrochar la similitud con el, digamos, género, uno de ellos, el tal DJ Vance, y digo bien, DJ, palmeó el hombro de Trump a la manera en que lo hacían los alumnos del Cobra Kai con Johnny Lawrence.
No obstante, y a la vista de la deriva tractoriana que fue adquiriendo el acoso, no cabe mejor antecedente cinematográfico que el del villano de Regreso al futuro, aquel Biff Tannen, tarugo oficial del pueblo ficticio de Hill Valley, que tiene atemorizados a sus convecinos y trata de escarmentar al desafiante forastero que encarna Michael J. Fox, Marty McFly. A semejanza del senador que en la sala ovoide le preguntó a Zelensky (con modales de agente de inmigración) por qué no llevaba traje, en Regreso…, uno de los pandilleros de Biff se encara con Marty, que viste un chaleco acolchado típico de su presente, y exclama: «¡Mira, Biff, el salvavidas que lleva este individuo, el muy tonto cree que se ahogará!».
Es conocido que en octubre de 2015, es decir, apenas dos semanas antes de las presidenciales estadounidenses, el guionista del film, Bob Gale, irrumpió en campaña para declarar que el personaje de Biff de la segunda entrega, un magnate sin escrúpulos que hace y deshace a su antojo y que ha hecho de Hill Valley poco menos que su finca de recreo, estaba inspirado en Trump. Lo que Gale ignoraba entonces es que el remedo mejor acabado de Trump es el del Regreso… original. O, si lo prefieren, el de Biff hostigando a Zelensky entre las risotadas de la turba.
La prueba de su inadvertencia es que Doc Brown, que se malicia que el viaje en el tiempo de Michael J. Fox es una fantasmagoría, le dice:
-Y bien, chico del futuro, dime, ¿quién es el presidente de los Estados Unidos en 1985?
-Ronald Reagan.
-¿Ronald Reagan? ¿El actor? ¡Ja, ja, ja, ja! ¿Y el vicepresidente? ¿Jerry Lewis? Supongo que Jane Wyman es la primera dama, y que John Wayne es el secretario de Defensa.
Aquel simulacro profético, que me hizo sonreír cínicamente en mi adolescencia, sería hoy un horizonte luminoso.
The Objective, 3 de marzo de 2025
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