miércoles, 20 de julio de 2016

Desnudos

En el imaginario que la izquierda ha ido entretejiendo, los lobbies de los Gobiernos, digamos, convencionales suelen identificarse con sombríos intereses, por lo común personificados en banqueros, industriales y demás devoradores de carpacho, y que serían, al decir de la retórica populista, quienes gobiernan de verdad. Poco se habla, no obstante, de los lobbies del progreso. Y existen, vaya si existen. Baste recordar cómo la prohibición del toreo en Cataluña no partió del Tripartito, sino de un grupúsculo ecololó (que diría el buen Caparrós) liderado por el también argentino Leonardo Anselmi, vegano de pro, y cuya asociación, Prou! (¡Basta!), se encargó de recoger las 180.000 firmas (tres veces más de las necesarias) para que el Parlamento tramitara la ILP antitaurina.

Viene esto a cuento de la penúltima carmenada, esto es, del envío a las juntas de distrito de Madrid de una circular que autoriza, siempre y cuando aquéllas lo crean oportuno, la celebración del Día del Bañador Opcional en las piscinas municipales. ¿Y dónde nace la propuesta? Al parecer, en la Dirección General de Deportes (sí, sí, ríanse todo lo que quieran), dependiente de la Concejalía de Cultura (Mayer, exacto, la de la cabalgata, los titiriteros y el despido de Pérez de la Fuente como director del Real). Ahora bien, ¿de quién fue exactamente la idea? De otro Anselmi. Esta vez, sin embargo, tan sólo ha hecho falta una firma. La que venía al pie de la carta que hizo llegar al Ayuntamiento la Asociación para el Desarrollo del Naturismo, presidida por Ismael Rodrigo. Él mismo argumenta la petición:

El cuerpo no tiene nada criminalizable, y la mejor manera que hemos encontrado de transmitirlo es esta, intentando no utilizar la ropa cuando no es necesaria, y en el baño no lo es, si acaso es una molestia porque se queda el bañador mojado. Es una costumbre construida en base a prejuicios y queremos transmitir esta forma más abierta de ver el mundo desde la infancia.

Así, Madrid asumirá, un día de finales del próximo agosto, la propuesta de un Rodrigo con opiniones propias. Y es que los intereses que mueven a la izquierda, lejos de ser sombríos, son un derrame de luz. Guárdese la derecha de presentar objeción alguna; al punto sería acusada, es sabido, de títere de la industria... textil. Tan sólo cabe esperar que el día de la opción la alcaldesa no dimita de sus costumbres y, así como fue a comer con los pobres el día de Navidad, se bañe desnuda con el resto de los naturistas. Siquiera por leer en Interviú: "¡Manuela, espléndida a los 72!".


Libertad Digital, 5 de julio de 2016

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