viernes, 13 de marzo de 2015

Por qué lo llaman amor

La periodista Laura Fàbregas contradice en Crónica Global al pensador de cámara Francesc-Marc Álvaro, para quien la teleserie de TVE El Ministerio del Tiempo es un ejemplo de nacionalismo español. Según Fàbregas, no sólo no es así, sino que, puestos a exprimir la paranoia, el personaje más edificante de la trama es Amelia Folch, cuya ficha wikipédica reza lo siguiente: "Estudiante de finales del siglo XIX. De familia burguesa acomodada, es una de las primeras mujeres en acudir a la Universidad de Barcelona. Inteligente, con memoria fotográfica y trabajadora, es el cerebro del comando". Una catalana, en efecto. ¡Y lista! Por el contrario, el personaje del enfermero (madrileño) rezuma tosquedad, y el veterano de los Tercios de Flandes (no sé si toledano) representa, con su hombría patriotera, una suerte de contrapunto a cualquier indicio de modernidad.

Antes que los personajes, empero, llamaron mi atención las personas. No en vano, uno de los argumentos que el nacionalismo catalán empuña para subrayar que España (Resto De) no ama lo suficiente a Cataluña es la escasa consideración que tienen en Madrit por los profesionales catalanes. Veamos. El actor que da vida a este remedo de alatriste es el valenciano Nacho Fresneda, que cimentó su carrera en las series de TV3 El cor de la ciutat e Infidels. Otros integrantes del reparto son Josep Linuesa, Francesca Piñón y Mar Ulldemolins, habituales, asimismo, de los dramáticos de la televisión autonómica de Cataluña. No parece, en fin, que TVE relegue a la insignificancia a los actores catalanes. Ni a los actores ni a los directores: una de las realizadoras de El Ministerio... es Abigail Schaaff, cuya hermana, Anaïs Schaaff, integra el cuarteto de guionistas de la serie.

No son los únicos catalanes que aparecen ("que triunfan", se dice) en canales de ámbito nacional. Ahí están Sandra Barneda, presentadora de Un tiempo nuevo; Manel Fuentes, Àngel Llàcer, Mónica Naranjo y Carlos Latre, presentador y jurados de Tu cara me suena; o David Janer, Loles León, Carles Francino y Roger Berruezo, miembros del elenco de Águila Roja. Eso por no hablar de Sandra Sabatés, Dani Mateo, Risto Mejide, Jordi Évole, Santi Millán, Andreu Buenafuente, Mònica López... Catalanes todos. Lo que casi nos lleva a concluir que la televisión que se hace en España es un asunto esencialmente catalán. Y pese a esta evidencia, el nacionalismo continúa propagando la especie de que "en España no nos quieren", en el bien entendido de que no hay nada más reconfortante en esta vida que odiar al vecino, pero sin cargo de conciencia.



Libertad Digital, 12 de marzo de 2015

Luto, medio luto y mangotero del nacionalismo de progreso


Luto. El ex dirigente del PSC-ICV [rellenar] ha anunciado que abandona definitivamente el partido para iniciaruna nueva andadura política. La decisión llega tras meses de desencuentros con la ejecutiva respecto a la relación de Cataluña y el resto del Estado. [rellenar], que conservará su escaño en el Parlamento autonómico hasta el final de la legislatura, ha salido al paso de los rumores que lo sitúan en ERC-CiU, asegurando que, "en estos momentos", no se ve en otra fuerza. "No concurriré a los próximos comicios", ha insistido, "en las listas de ERC-CiU". Así y todo, el ya ex integrante del PSC-ICV ha abierto la puerta a la posibilidad de alcanzar acuerdos con otros partidos para ensanchar el espacio electoral del soberanismo de progreso. Preguntado por qué hará con el carnet del PSC-ICV, [rellenar] ha afirmado que "todo menos romperlo; he militado muchos años en este partido, más de 35. Y, por lo tanto, lo sacaré de mi cartera, que es donde lo llevo, y lo pondré con aquellos documentos que me parecen significativos de todo lo que he hecho en mi vida".

Medio luto. Los ex militantes del PSC-ICV [rellenar] [rellenar] y [rellenar] han presentado hoy en Barcelona las siglas de su nuevo partido. La formación, que se denominará [rellenar], pretende erigirse en referencia del soberanismo de progreso, después de la renuncia explícita de PSC-ICV a la fractura de España. El manifiesto fundacional de [rellenar], cuyo congreso constituyente se celebrará a comienzos del próximo otoño, aboga por la justicia social y por que Cataluña sea un Estado. Los dirigentes de CiU-ERC [rellenar] [rellenar] y [rellenar] arroparon a los ex militantes del PSC-ICV durante el acto, en la confianza de que hallarán una forma de colaboración "buena para Cataluña". De hecho, algunos de los ex dirigentes del PSC-ICV ya participan de modo regular en los órganos consultivos de CiU-ERC. Tal es el caso de [rellenar] y [rellenar],que desde enero son miembros de su Consejo Asesor.

Mangotero. El ex militante del PSC-ICV [rellenar] y secretario general de [rellenar] ha hecho público el propósito de esta nueva formación departicipar en las próximas elecciones municipales. Para ello, apuesta poralcanzar un "gran pacto" con CiU-ERC, y aspirar así a "una nueva hegemonía de progreso que tenga como ejes la emancipación nacional, social y democrática de los catalanes". El número 2 de CiU-ERC, [rellenar], ha suscrito el discurso de [rellenar], haciendo hincapié en "lo positivo que resulta para el proceso la convergencia en un mismo bloque de los partidos de país". La inclusión de [rellenar] en las listas de CiU-ERC en las pasadas elecciones al Parlamento europeo prefiguró el acuerdo entre ambas formaciones.

Libertad Digital, 6 de marzo de 2015

martes, 3 de marzo de 2015

Savateriana

De Fernando Savater se suelen destacar sus facetas de ensayista, catedrático de Filosofía e incluso miembro de la plataforma Basta Ya, como El País, en aquel infausto 6 marzo de 2006, anotó al pie de su enésimo alegato contra el terrorismo, previniendo así al lector del inexorable sesgo opinativo, ay, del articulista cívico. Por descontado, Savater es todo eso y algunas cosas más, tales como un sagaz connaisseur de la novela de aventuras o un extravagante frecuentador de hipódromos. No obstante, poco se habla de su valía como escritor. Le ocurre, aunque en sentido inverso, lo mismo que a Mario Vargas Llosa, de quien se ensalza su condición de literato y se infravalora la de pensador. (Las semejanzas entre Savater y Vargas no acaban aquí. No en vano, ambos han dedicado su obra a la defensa entusiasta y, por qué no decirlo, exaltante, de la libertad, y a ese empeño han consagrado también su vida cuando han venido mal dadas o las circunstancias lo han exigido. El primero, jugándosela frente a ETA; el segundo, saltando a la arena electoral frente al (pre)sátrapa Fujimori. Estamos, en suma, ante dos intelectuales que se han ganado a pulso el pleonasmo de comprometidos.)

En su más reciente compendio, ¡No te prives!, Savater pasa por el cedazo de su republicanismo los últimos acontecimientos de la vida política española: el cese de la violencia de ETA, la efusión independentista en Cataluña, el auge de Podemos, la abdicación de Juan Carlos I, la sucesión al trono de Felipe VI... Lo hace, como es habitual en él, mediante una prosa en que la pedagogía no se torna en arrogancia, la amenidad no se confunde con lo banal, la audacia no deriva en ocurrencia y la radicalidad no se convierte en adustez. Tal como recalcó Arcadi Espada a propósito de esta misma obra, hay pocos ensayistas que empleen la analogía con la maestría con que lo hace Savater, que es a la ética lo que Sabina al desamor.


Así, y ante quienes abogan por que las víctimas del terrorismo sean ignoradas a la hora de orientar la política del Gobierno, sostiene: "Cuando en los medios de comunicación se hace una campaña institucional contra los accidentes de tráfico, por ejemplo, suelen incluirse [...] testimonios de quienes los padecieron, fuese por una imprudencia propia o ajena. [...] Y aunque no sean los accidentados quienes vayan a encargarse de la DGT, nadie descalifica sus advertencias llamándoles resentidos". Frente a quienes reprochan al Gobierno que no mueva ficha para solucionar el problema catalán, resuelve: "Por lo visto, cuando a alguien le da un ataque de epilepsia, todos tenemos la obligación de agitarnos al unísono". Y ya célebre es su receta para los complejos que atenazan a la izquierda respecto a la españolidad: "Saber que se forma parte de una nación no supone obligatoriamente ser nacionalista, lo mismo que tener apéndice no implica padecer apendicitis". Como el lector habrá intuido, la cursiva del posesivo se debe a que el padre del aforismo es Julián Marías, en lo que constituye un préstamo que, en cualquier caso, resulta emblemático de otra de las grandes vertientes de Savater: la de divulgador.


And not least, esta savateriana restaría incompleta sin recalcar el valor del personaje como brújula moral. Disculpen la inmodestia, pero yo sé perfectamente lo que Vázquez Montalbán, el bueno de Manolo, habría opinado sobre el referéndum fallido del 9N, Pablito Iglesias o la concesión del balón de oro a Cristiano Ronaldo. Con Savater, en cambio, nunca sabré qué misterio nos trae esta noche. Y ahí, en esa expectación, radica la exacta diferencia entre el chisporroteo y la luz.



Libertad Digital, 26 de febrero de 2015