martes, 25 de junio de 2019

Gente válida

No hace ni dos meses, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, recomendaba al PP que pensara por qué se le iban “los votantes o gente válida como Garrido”. Es dudoso que tras la marcha de Toni Roldán se aplique el cuento. Sobre todo, porque parece confiar en que la imagen de resiliente que cree estar proyectando obre en él un milagro parecido al que obró en Pedro Sánchez, y su ‘no es no’ al PSOE se tenga por un signo de virtud que le allane el camino a La Moncloa. En su obstinación por acortar los plazos para lograr esa meta, Rivera ha convertido Ciudadanos en una suerte de pulsión indescifrable. En un hashtag. A qué ahuyentar al votante medio metiéndose en honduras o planteando debates impopulares. Es más conveniente asomarse a Twitter, pulsar el ambiente y acomodarse a él. Nadie se extrañe de que semejante molicie haya consolidado la aspiración, ciertamente pintoresca, de suplantar al PP. Son los riesgos del pancismo. Llegados a este punto, y ante la incapacidad de Rivera para seguir pilotando la nave, se hace necesario el relevo, que sería baldío si no fuera acompañado de una refundación. Por lo demás, no deja de ser llamativo que el roce con Vox haya precipitado una crisis en Ciudadanos y, en cambio, ningún dirigente socialista haya siquiera amagado con dimitir porque el PSN le dé a Bildu la llave de Navarra. Ese desolador contraste es tan sólo una de las muchas razones por las que Ciudadanos sigue siendo necesario.

The Objective, 25 de junio de 2019

lunes, 24 de junio de 2019

El patio de los otros

La organización paragubernamental Plataforma per la Llengua se benefició entre 2013 y 2018 de subvenciones exentas de concurso por valor de 3.720.000 euros, gracias a dos convenios trienales aprobados en tiempos Ferran Mascarell. A esa cantidad se suman las ayudas de ayuntamientos, diputaciones y otras instituciones. Sólo en 2015 se hizo con 20.000 euros de la Diputación de Barcelona, y 12.000 de las diputaciones de Tarragona y Lérida.

A la fiesta se ha sumado en los últimos tiempos la Generalitat Valenciana, que, a través de la Dirección General de Política Lingüística, contribuyó a la causa en 2016 con 41.000 euros. La PLl destina parte de esos fondos a la elaboración de informes sobre el grado de difusión del catalán en la enseñanza, el comercio o los medios de comunicación, en los que aparecen señaladas aquellos organismos y empresas que, a juicio de los autores, incumplen los estándares de afección.

En el que corresponde a 2018, publicado hace unos días, la PLl afea a Playmobil que el catalán no figure entre los 25 idiomas, incluido el maltés, en el que se hallan las instrucciones de los juguetes que comercializan en España. Asimismo, reprende a las cadenas hoteleras Iberostar, Riu Hoteles, Meliá y Barceló, con sede en Baleares, por no tener la web en catalán, o lamenta que “sólo 5 de los 16 jueces nuevos en Cataluña hayan prometido o jurado el cargo en catalán”. El adverbio, en estos casos, es un mero automatismo. Si en lugar de 5 fueran 15, la misma PLl o alguna asociación hermana enarbolaría la consigna de “hablar con el decimosexto”.

Pero el apartado que más llama la atención es el referido al uso del catalán entre escolares de ESO durante el recreo. “Sólo el 14,6% de las conversaciones de los alumnos de la ESO en el patio son en catalán en las zonas urbanas de Cataluña. Así lo indica un estudio sociolingüístico que ha llevado a cabo la Plataforma por la Lengua en 50 centros educativos de ciudades catalanas”. Me he interesado por la metodología de ese estudio, pero está “pendiente de publicación”. Hay, no obstante, una tesis doctoral de 2007 titulada precisamente “Les llengües a l’hora del pati” (“Las lenguas en la hora del patio”), que brinda una prolija explicación al respecto. En lo sustancial, se trata de averiguar cuál es la lengua en que se desenvuelven los niños de forma espontánea, esto es, en ausencia de coerción.

El empeño de la filóloga en asentar una taxonomía de lo indómito, en sanear los usos lingüísticos, no es más inquietante que el procedimiento que utiliza para ello: alumnos portando casetes ocultas bajo la ropa. El nacionalismo, en efecto, en carne viva.

Una vez elegidas las escuelas que debían formar parte de la muestra, se estableció contacto con los centros. Si la dirección del centro aceptaba la participación en el proyecto, se iniciaba la selección de las aulas y de los informantes; si no, la escuela se sustituía por otra de características similares. De cada centro se seleccionó un aula de segundo curso de ciclo superior de educación primaria (en las escuelas en que había más de una, se eligió una al azar). Se escogió este nivel porque es el último curso de la educación primaria, etapa educativa a que se han dirigido la mayor parte de los esfuerzos de la política lingüística centrada en el sistema escolar, y esto puede ayudar a conocer los efectos de la adopción del catalán como lengua vehicular de la enseñanza en los usos lingüísticos informales del alumnado.  […] Para garantizar la espontaneidad de los datos, se optó por registrar semisubrepticiamente las conversaciones que los niños mantenían en actividades no monitorizadas.

Para llevar a cabo la grabación, una opción habría sido ubicar un aparato de grabación en un punto determinado del espacio de juego, pero este procedimiento no aseguraba la recogida de muestras de habla de niños catalanohablantes, castellanohablantes y bilingües. La otra opción era pedir a tres niños de cada escuela (uno de cada grupo de lengua familiar) que se escondiera el aparato bajo la ropa durante el tiempo de recreo, y así se aseguraba la presencia de la tipología de individuos según la lengua familiar en las conversaciones. Finalmente, se optó por este último procedimiento.

El sistema empleado no permite calificar los datos obtenidos de completamente espontáneos, porque la grabadora ha condicionado diversos aspectos de la interacción. Considero que son datos fiables para analizar las pautas del uso lingüístico espontáneo, aunque es mejor referirse a ella como muestras de habla cuasi espontánea o seminformal. Entre todas las técnicas posibles para la grabación, la que se ha empleado parece la más adecuada de acuerdo con los objetivos fijados en esta investigación.

Por un lado, la opción para sistemas audiovisuales en vez de aparatos de grabación de sonido podría haber aumentado la cantidad de información recogida (por ejemplo, habría incluido aspectos de tipo gestual) o facilitado la identificación de algunos de los hablantes (imposibles de reconocer únicamente mediante la voz). Sin embargo, una cámara de vídeo habría sido muy difícil de esconder en el espacio de juego e imposible de ocultar bajo la ropa de un niño, y esto habría actuado en detrimento de la espontaneidad de los datos. Además, hay que tener en cuenta que una grabación audiovisual ambiental (en caso de que la cámara se hubiera podido esconder con suficientes garantías de pasar desapercibida) no habría asegurado la presencia de los tres tipos de hablantes (como tampoco se aseguraba con la grabación de sonido ambiental). […] Algunas de las ventajas que he señalado para los sistemas de grabación audiovisuales se extienden a la observación directa por parte de un sujeto externo.

Si un investigador hiciera el seguimiento del grupo durante un periodo continuado y suficientemente extenso, se podría llegar a identificar las pautas de comportamiento lingüístico de todos y cada uno de los niños la identidad no se puede determinar únicamente con la voz. Este investigador debería conseguir que el grupo lo aceptara como un miembro más, o, cuando menos, que su presencia pasara desapercibida, de otro modo los efectos de la conocida paradoja del observador (el investigador acerca a los sujetos para estudiar su comportamiento, pero su presencia tiende a modificarlo) podrían llegar a alterar seriamente la fiabilidad de los datos. Esto pide que el investigador pase mucho tiempo con los niños (por ganarse su confianza y poder observar su comportamiento con profundidad). La dedicación que requiere una metodología de este tipo hace que sea imposible de aplicar a 52 escuelas.

Es por todo ello que la elección de la grabación subrepticia de audio pareció la opción que se ajustaba mejor a las necesidades de la investigación: proporciona garantías razonables de validez con respecto a la espontaneidad de los datos, reduce los efectos de la paradoja del observador y permite la aplicación a una muestra relativamente amplia. Hay que tener en cuenta que una vez que se habían llevado a cabo las grabaciones, las investigadoras ofrecían a los niños la posibilidad de borrar la cinta.


Voz Pópuli, 24 de junio de 2019

viernes, 21 de junio de 2019

Gol en Chernóbil

viernes 2 de mayo de 1986, más de 25.000 colchoneros arroparon al Atlético de Madrid en el Gerland de Lyon, en la final de la Recopa que les enfrentaba al Dínamo de Kiev. Los soviéticos sólo eran once, pero qué once. Aquél era el Dínamo de los Demianenko, Belánov, Zavárov, Rats y Blokhin, la escuadra eléctrica que tanto inspiró a Sacchi en el diseño de su Milan. El técnico kievita, el mítico Lovanovski, que un mes después dirigiría a la URSS en México 86 (el Dínamo ‘era’ la URSS), había bautizado su sistema con el nombre de “universalidad”, y entre sus dogmas se contaban los automatismos en el frente de ataque, la presión de la salida del rival y los laterales ofensivos. Cuenta Quique Setién, centrocampista de aquel Atleti, que el jueves, después de entrenar en el escenario del partido, Luis Aragonés y tres o cuatro jugadores se quedaron en la grada a ver las evoluciones de sus adversarios. El Sabio no tardó en arrepentirse. Tras ser testigo de aquel derroche de talento, vigor y destreza, les dijo a sus pupilos: “No comentéis con el resto lo que acabamos de ver”. Veinticuatro horas después, el mejor Dínamo de la historia les hizo trizas. Nada de qué sorprenderse, máxime a la vista del informe que había elaborado días antes su ojeador habitual, Jesús Martínez Jayo. Hablamos de un mundo sin maldinis, scoutings ni internet. Pero qué mundo. El sábado 26 de abril, y después de tres escalas, Jayo aterrizaba en el aeropuerto de Kiev, y al día siguiente asistía el Dínamo-Spartak, que finalizó con victoria local. Salió del estadio preocupado, pues hacía tiempo que no veía un despliegue semejante. Lo que no supo hasta hallarse en Lyon fue que la noche de su llegada a Kiev había habido una fuga radioactiva en la central nuclear de Chernóbil, a tan sólo 160 kilómetros de la capital. Treinta y dos años después, el espía atlético evocaba así su peripecia: “En el hotel [de Lyon], cuando llegó el equipo desde Madrid, el médico me miró y me dijo que a simple vista todo estaba bien. Yo no sentía nada raro, pero al volver a Madrid me hicieron unas pruebas por si me había afectado la radioactividad. Era peligroso. Era contagioso [sic] y nosotros convivíamos en un vestuario. Afortunadamente todo salió bien. Después de perder hubiera sido un segundo disgusto. Nunca vi otro equipo como ese”.

Jayo no fue el único español al que la catástrofe pilló in situ. El viernes 25 había llegado a Ucrania un equipo de TVE encabezado por Mari Carmen Izquierdo, la primera presentadora de deportes que hubo en España, para grabar unas imágenes del entrenamiento sabatino del Dínamo. El delegado que tenía que recogerlos jamás apareció. El sábado por la tarde, mientras trataban de averiguar el porqué del desistimiento (insólito en la URSS), supieron que las autoridades soviéticas habían enviado un télex a Madrid en que ordenaban cancelar la expedición. A deshora, claro. De las declaraciones de Izquierdo al ABC de la época no queda claro si lograron registrar la sesión. Sea como sea, el domingo los despertaron de madrugada y los conminaron a adelantar la salida del país. “Incluso nos fueron a buscar a la habitación”, recordaba Izquierdo. “Tampoco nos llevaron al aeropuerto en el microbús previsto, sino en coche oficial. Nos metieron los últimos en el avión y fuimos los primeros en bajar en Moscú, e inmediatamente volvimos a embarcar.”

Cinco días después de que el Dínamo se hiciera con la Recopa, el Barça perdía la final de la Copa de Europa contra el Steaua de Bucarest. Era la primera vez que los dos títulos iban a parar a sendos equipos del bloque del Este. Doblete comunista en el año de Chernóbil. Un bel morire.

The Objective, 21 de junio de 2019

lunes, 17 de junio de 2019

De fuera vendrá

El discurso que pronunció este sábado Manuel Valls, flamante concejal del Ayuntamiento de Barcelona, en la constitución del Consistorio, fue, probablemente, el más brillante de cuantos haya pronunciado en su breve carrera política en España. Liberado del corsé fraseológico de la campaña, el ex primer ministro francés reconvino a Forn la mentira fundacional de su alocución, se proclamó adversario de la extrema derecha, de los populismos de izquierda y derecha, y del nacionalismo, y le recordó a Ada Colau que ella es alcaldesa gracias al apoyo de Celestino Corbacho, Eva Parera y él mismo.

Ello, abrochado con exquisita teatralidad: a usted, Colau, le tiendo la mano; a usted, Torra, se la niego. Con todo, el aspecto más luminoso de su intervención, lo que convierte a Valls en el político contemporáneo más importante de Europa, fue la referencia a su peripecia transnacional, así como el anhelo de que, en un futuro, deje de ser insólita. Su alegato fue doblemente ejemplar por cuanto también sublevó al voxismo, cuyo líder, retorciendo el casticismo hasta la xenofobia, se preguntaba minutos antes si Ciudadanos era un partido español o un partido francés. La huella de Jarabo.

Entretanto, en la plaza, la chusma clamaba contra el mundo, en lo que semejaba una recreación de la furibunda manifestación convergente (¡de país!) que, el 31 de mayo de 1984, rompería en el siniestro parlamento de Pujol desde el balcón de la Generalitat. Como entonces, se trataba de reclamar la exclusividad de la ética. Su uso normal y preferente, por decirlo con la Norma. Fue ver la botella estallando al paso de Colau y Collboni y aparecérseme aquel Obiols, bañado en salivazos.

Como era de prever, los tres regidores de Cs votaron en blanco, alegoría. Habría bastado un tamayo en los comunes para dejar a la segunda ciudad de España bajo el yugo del independentismo. Para esa hora, Rivera ya le había dado cuerda al segundo trampantojo de la tarde. Así, y después de recuperar la figura de ‘vicealcaldesa’ para atenuar el fiasco en las negociaciones por la Alcaldía de Madrid, entraba en circulación la especie de que un gobierno de Colau y Collboni era igual de malo que uno de Maragall y Colau. Debimos haberle dicho: “Imposible no es sólo una opinión”. Ahora es tarde.


Voz Pópuli, 17 de junio de 2019

lunes, 10 de junio de 2019

Menorismos

El ofrecimiento de apoyo a Ada Colau por parte de Manuel Valls tiene tantas y tan endiabladas repercusiones que se hace difícil comprender cómo Ciudadanos no lo ha hecho suyo, a no ser que lo que contraríe a sus dirigentes no sea la propuesta en sí, sino que ésta no se les ocurriera a ellos o no se les pidiera permiso para hacerla pública.

Con sólo seis regidores, el ex primer ministro francés ha obligado a Colau a abandonar la ambigüedad que ha caracterizado su política en relación con el nacionalismo. Así, y por primera vez desde que se dio a conocer como activista, la alcaldesa in pectore deberá encarar la eventualidad de que ERC, Junts pel Sí y la CUP equiparen a Barcelona en Comú con el PSC, Ciudadanos o el PP. O lo que es lo mismo: de que también los 'comunes' sean objeto de boicots, escraches y demás correctivos patrióticos.

Ciertamente, el ayatolismo a lo Bentanachs, Graupera o Baños siempre se ha prodigado en hostilidades al orbe 'podémico'; en el escenario que sigue, no obstante, esa hostilidad ya no se va a limitar a Twitter. La erosión del frente nacional-populista en el que hasta hoy se alineaba Colau es, en suma, inexorable, lo que se podría traducir (ejemplo gráfico) en la imposibilidad de que ésta siga visitando a los políticos presos como parte de su repertorio psicodramático.

A este respecto, podría haber novedades: con el juicio a punto de concluir, decaen algunos de los argumentos favorables a que los instigadores del 1-O sigan en prisión provisional hasta que se haga pública la sentencia. Entre ellos, el del riesgo de destrucción depruebas o el del escándalo que habría supuesto que los encausados se fugaran durante la vista.

Con todo, antes que el pronunciamiento de Colau o la merma de transversalidad en el independentismo, el efecto más sonado de la iniciativa de Valls es su probable traslación al Congreso. La política española, inmune al concepto de mal menor, debate estos días con asombrosa naturalidad, ¡incluso con desparpajo!, la operación de blindaje frente al chantaje nacionalista que supondría una abstención del PP y Cs. Un 'meme' de Estado, en efecto, cuyo copyright corresponde a un hombre que el 26 de mayo, tarde en la noche, afirmó: "He fracasado".

Voz Pópuli, 10 de junio de 2019

lunes, 3 de junio de 2019

Súmmum

La portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Lorena Roldán, insistía el sábado en que los regidores de su formación en Barcelona [tres: Mariluz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló] sólo estarían al servicio de un acuerdo con el PSC que resultara en la elección como alcalde de Jaume Collboni. Nadie entre la nube de periodistas ante la que Roldán daba el canutazo repuso que esa vía era imposible, que el PSC y Cs suman 14 concejales, insuficientes para alcanzar el Gobierno municipal. Así, y como quiera que su postureo no se topaba con ninguna aduana, se vino arriba: “Los concejales de Cs servirán para impedir que haya un alcalde independentista o populista”. Semejante postureo no hacía sino conferir más sentido si cabe al ofrecimiento de Valls, y confirmar, de paso, la sospecha de que a un lado hay un político y al otro, influencers. En primer lugar, porque la detracción de los tres ediles de Cs no sólo no impediría que Colau fuera alcaldesa con el apoyo de Collboni y Valls, para lo que bastarían los 3 vallsistas de la candidatura; además, tampoco serviría para que ningún rival se retratase. No en vano, la negativa a un pacto de esa naturaleza no comprometería a nadie; ni a Colau, ni a Maragall, ni mucho menos a Artadi. En la misma locución, la número 2 de Cs en Cataluña decía que, en todo caso, sus concejales harían “una oposición seria, constructiva y firme”. ¿Acaso cree que la de Valls va a ser diferente? ¿Que el hecho de que ceda su representación para evitar que Maragall presida el Ayuntamiento supone desistir de fiscalizar a Colau y Collboni?

El envite en el vacío de Cs cobra cotas de bufonada si, además, tenemos en cuenta la renuncia en 2018 de Inés Arrimadas a intentar la investidura como presidenta de la Generalitat, con lo que ello entrañaba: el desprecio de la oportunidad, inédita hasta entonces, de exponer un programa de gobierno netamente constitucionalista en Cataluña. ¿Recuerdan lo que dijo entonces el secretario general de la formación, José Manuel Villegas? “Nosotros no renunciamos a nada, está claro que hemos podido ganar las elecciones autonómicas, pero también está claro que hay que formar Gobierno con fuerzas constitucionalistas y éstas suman lo que suman.” Groucho, revisitado.

Voz Pópuli, 3 de junio de 2019